Mamá, quiero ser artista











Mamá, nunca te dije que quería ser artista, pero no hacía falta. Tú ya lo sabías desde el momento en el que nací. Con todo lo que eso conlleva... rebeldía, libertad, desapego, soledad, riesgo, inestabilidad y no verme el pelo durante meses cada vez que me planteo ir a vivir lejos de casa, entre otras muchas cosas. A pesar de todos mis defectos y alguna que otra virtud, siempre me has apoyado y ayudado con todos mis sueños, por más locos que fueran. Has sabido guiarme sin sobreprotegerme, dejando que cometa mis propios errores y que aprenda con ello. Pero sin dejar de estar ahí para ayudarme a levantarme cuando he tropezado y caído después.

He escrito ya muchas entradas, pero ninguna dedicada a la persona más importante de mi vida, ya que sin ti ahora no estaría aquí. Hoy tú eres la protagonista y quería dedicarte estas palabras junto a las fotografías (todas mías, menos una de Frank Ramos) como muestra de mi agradecimiento por todo lo que has hecho, haces y seguirás haciendo por mí mientras puedas. Quiero darte las gracias por ser como eres, tan generosa, amable, agradable, simpática, culta, humilde, trabajadora incansable y sobre todo, gracias por cebarnos a mí y a todos los que entran por la puerta con tus deliciosas recetas. Gracias a ti he aprendido mucho sobre cómo desenvolverse en la vida con elegancia y sobrevivir en el intento. Madre no hay más que una y para mí eres la MEJOR. Te quiero y te adoro!!!

Feliz día, mamá!!!