Alimentando mi ego















Las fotografías de este álbum son autorretratos en los que he realizado todo el proceso creativo de principio a fin. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

No se trataba de hacerme unos selfies con el móvil para salir mona, sino de algo mucho más profundo y serio. Estos autorretratos me han servido como terapia para liberar emociones que no he sabido expresar de otra manera. Pertenecen a tres sesiones diferentes que realicé en Málaga a principios de 2012, en las que la idea principal era ir jugando con el maquillaje y el peinado, no para perseguir un utópico canon de belleza sino para enmascarar mi rostro y aventurarme a convertirme en alguien que no soy, pero sin dejar de lado mi esencia. Todo un reto. El desafío no consistía en jugar a las peluquerías y obtener un resultado más o menos aceptable, sino en sincerarme conmigo misma y ponerme frente a una cámara que me acecha y con la que jamás me siento del todo cómoda, pues no estoy acostumbrada a estar delante de las cámaras sino detrás, como observadora, no como protagonista. Pero oye, al final le cogí el gusto y no es tan fiero el lobo como lo pintan.

Tengo que reconocer que cuando comencé con estos autorretratos me sentí inspirada por las fotografías de Cristina Otero, cuando le realicé una entrevista para el blog ENFOCAX. En ningún momento mi intención era imitar su excepcional estilo, sino encontrar el mío propio según lo que quisiera transmitir en cada momento.  






2 comentarios:

  1. Me gusta lo de "liberar emociones que no he sabido expresar de otra manera". Es el poder de la cámara, sea foto o vídeo.

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  2. Es el poder del arte en todas sus vertientes.

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